11 de marzo de 2016 - 19:04 - Alberto Plaza

Fernando Vázquez, un entrenador diferente

A sus 61 años, todo apunta a que Fernando Vázquez vive sus últimos pasos en el mundo del fútbol, lo que no ha evitado que esta misma temporada haya sido llamado por el Mallorca para tratar de revertir la situación de los baleares en la segunda etapa del entrenador gallego en las islas. Su experiencia en la categoría de plata, donde ha cosechado los mayores éxitos de su carrera, no ha sido obviada por los directivos bermellones, que esperan un final de campaña tranquilo a las órdenes de un entrenador tan atípico como efectivo.

Inicios alejados del mundo del fútbol

Es muy raro ver a un entrenador llegar a lo más alto sin haber tenido una carrera mínimamente destacable como futbolista. En el caso de Fernando Vázquez, podríamos decir que es prácticamente nula, y es que este licenciado en Filología Germánica y profesor de inglés era un desconocido cuando en 1986 tomó los mandos del Lalín, al que consiguió ascender a la Segunda División B.

Su pizarra, tan extravagante como sus carreras por la banda, comenzaron a sonar con fuerza en el fútbol gallego, y fue en 1991 cuando el Racing de Ferrol le confió la tarea de ascender también a Segunda B, objetivo que cumplió con suma facilidad. Su siguiente destino fue Lugo, club al que entrenó durante una temporada, ya que en 1995 el Compostela, presidido por José María Caneda, decidió confiar en él la tarea de asegurar la permanencia en la máxima categoría.

Su inexperiencia en el fútbol de alto nivel y su juventud hacían presagiar una andadura muy corta del gallego en el banquillo del Multiusos de San Lázaro, pero lo cierto es que Fernando Vázquez apareció como un soplo de aire fresco en el fútbol español. El Compostela se convirtió en el equipo revelación, e incluso llegó a finalizar la segunda vuelta en la segunda posición de la tabla clasificatoria.

Sus excéntricas celebraciones por la banda empezaban a ser noticia semana tras semana, de igual forma que su nombre quedó ligado estrechamente al fútbol de alto nivel después de aquella gesta.

Tras su paso por Compostela, su labor en los diferentes equipos por los que pasó tuvo infinidad de altibajos, por lo que su carrera empezó a marcarse por los continuos descensos y ascensos y, desgraciadamente, por las destituciones, aunque el destino y su tierra le guardaron una segunda oportunidad de maquillar su nombre.

Fernando Vázquez

El Eurocelta de Fernando Vázquez

En 2004, el Celta de Vigo encomendó a Fernando Vázquez la tarea del ascenso a Primera División. El objetivo se cumplió, y no solo eso, ya que en la campaña siguiente logró clasificar a los vigueses para la extinta Copa de la UEFA. Aquel Celta contaba con veteranos como Esteban, Placente, Giovanella, Gustavo López o Juan Sánchez, así como con futuras estrellas de la talla de Borja Oubiña, David Silva o Carlos Vela, aunque estos dos últimos pondrían rumbo a Valencia y Salamanca en la siguiente temporada.

Con Pablo García, Guayre y Nené como principales incorporaciones, el Celta superó la fase de grupos con muchos apuros en uno de los grupos más complicados de la competición. La carga de partidos afectaba al equipo, que había perdido la chispa de la campaña anterior, y la mala situación en Liga, sumada a la eliminación en octavos de la UEFA frente al Werder Bremen, supusieron una nueva destitución para un Fernando Vázquez que decidió tomarse un respiro.

Ascenso con del Deportivo, su última gesta

Tras seis años alejado de los banquillos (salvo su paso por la Selección de Galicia), el Deportivo tomó la arriesgada decisión de confiar en Fernando Vázquez la salvación. Su llegada fue todo un terremoto en Riazor, primero por su pasado en el Celta, y después por su manera de involucrarse con el objetivo de los coruñeses. Subir a la grada tras los partidos para cantar junto a la afición fue solo uno de los muchos shows que ofreció antes de que se consumara el descenso, pero la directiva del Depor entendía que con su presencia, el ascenso estaba asegurado.

Y eso mismo ocurrió. Solo una temporada después, del Deportivo regresaba a la máxima categoría, aunque discrepancias entre directiva y el propio Fernando Vázquez desembocaron en su despido, por lo que se quedó con la miel en los labios y sin la oportunidad de comenzar un proyecto en la Liga BBVA.

No sabemos cómo le irá en Mallorca, si será capaz de reconducir un barco que parece perdido desde hace varias campañas, pero lo que no ponemos en duda es que se ganará a su afición con sus gestos, sus carreras y su manera de ver y entender el fútbol. Fernando Vázquez siempre deja huella, y siempre para bien.

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